La prueba de la comodidad
Lo primero que hace un compromiso es sacarle de su zona de confort o zona de comodidad. Recuerde que cuando usted se compromete, está tomando la decisión de entrar en pacto con una o varias partes, con la intención de ofrecer antes que demandar, y eso siempre implica una actitud proactiva, totalmente incompatible con su zona de comodidad. Creo que muchas personas fracasan en sus compromisos porque no conocen esta verdad, o porque la ignoran de forma intencionada, creyendo que al comprometerse no van a tener que esforzarse más allá de lo que tienen a mano, o no les cuesta.
Usted puede revisar a lo largo de la historia las vidas de aquellas personas que cambiaron el mundo con sus aportes, y verá que su éxito dista mucho de la comodidad de no hacer nada y esperar, sino que más bien consiste en un férreo compromiso con sus ideales, principios o conocimientos, que les impulsó a actuar para lograr sus objetivos.
En el ámbito de las relaciones personales o familiares, por ejemplo, su compromiso le llevará a la incomodidad personal, en beneficio del conjunto. Usted debe aprender a salir de su comodidad, de sus gustos, de su agenda personal, de sus planes, y tener en cuenta las necesidades y demandas de los demás si quiere tener relaciones de éxito. Los maridos, por ejemplo, no pueden vivir el matrimonio de una forma cómoda y a gusto consigo mismos, sino más bien, su compromiso los llevará a proveer para su casa, no sólo en el ámbito natural, sino en el espiritual, ejerciendo su función de sacerdote del hogar, siendo el primero en ofrecer a Dios sacrificios de alabanza, adoración, servicio y siembra, para que su hogar esté bajo la bendición y provisión de Dios. Las esposas a su vez, como ayuda idónea de sus maridos, ya no deben pensar en el beneficio propio, sino en el continuo apoyo y servicio en su hogar, edificando con sabiduría y prudencia.
Como usted puede ver, estos son sólo algunos ejemplos de cómo todo compromiso nos saca de la comodidad y el beneficio propio, para buscar el beneficio común. Usted nunca será una persona comprometida si vive una vida de comodidad y autocomplacencia, pues estas son las características de una persona incapaz de comprometerse con nada ni con nadie. Cuando Dios nos revela su propósito para nuestras vidas, lo primero que hace es sacarnos de nuestra zona de confort, de lo que conocemos y en donde nos sentimos seguros, para entrenarnos en la dependencia de Él, y así comenzar a crecer en nuestra fe.
“Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.” (Génesis 12:1-3)
Cuando Dios reveló a Abram su llamado, lo primero que hizo fue sacarlo de la comodidad de su tierra y de su círculo de relaciones parentales, y a continuación le dijo cuál era su plan para él y su descendencia. Aquí podemos ver con claridad que el compromiso de Abram con su propósito lo llevaría por un camino de total dependencia de Dios y fe en sus promesas. Esto no significa que para que usted sea exitoso en cumplir su propósito tendrá que dejar su familia, su trabajo y su ciudad, sino que quiero que entienda los dos aspectos principales que Dios requerirá de usted cuando le invite a comprometerse con Él.
- Dependencia total de Dios:
Dios fue muy directo con Abram cuando le dijo que lo dejara todo para ir en pos de su llamado, pero no le reveló el lugar donde quería que fuese, sino más bien hizo que Abram saliera de su zona de comodidad, donde dependía de sí mismo para su sustento, para emprender un camino hacia un destino desconocido, en el cual debía depender 100% de Dios, tanto para su provisión, como para su llamado.
De igual manera, usted será retado por Dios a salir de su comodidad, sea lo que sea que ésta represente en su vida, para llevarle a una dependencia total de Él en el camino hacia su propósito. Muchas veces Dios simplemente le hará salir de ese lugar sin decirle a dónde lo quiere llevar, pues es en ese momento donde usted comenzará a depender de Él, y su compromiso será probado fuera de su comodidad. Tal vez sea su tiempo de ocio, o el poco tiempo que le queda después de terminar sus tareas en el hogar y el trabajo. Lo que es seguro es que todo aquello en lo que usted se sienta cómodo, le será removido para probar su compromiso.
SALIR DE SU COMODIDAD ES EMPEZAR A DEPENDER TOTALMENTE DE DIOS
- Fe en las promesas de Dios:
Dios trabaja con nosotros a través de la fe. Según la Escritura, la fe es la certeza del creyente de aquello que espera de parte de Dios, y la convicción de aquello que aún no ha visto con sus ojos naturales, pero sí con sus sentidos espirituales, sabiendo que todo lo que Dios ha prometido, ya está hecho en el ámbito espiritual, y lo recibiremos en el ámbito natural a través de nuestra fe.
Su llamado en la tierra es, después de su salvación, la mayor promesa de Dios para su vida, y sólo a través de su fe podrá cumplirlo. Cuando usted conoce aquello para lo que fue creado, su fe tiene que ponerse a trabajar, creyendo lo que Dios ha dicho de usted, y de esa manera, convertirlo en su realidad. Cuando el mundo dice “ver para creer” usted necesita entender que tiene que “creer para ver”.
Dios prometió a Abram que todas las familias de la tierra serían benditas a través de su linaje, cuando él ni siquiera tenía un solo hijo, y era lo suficientemente mayor como para perder toda esperanza de lograrlo de forma natural. Pero Abram entendió que esas declaraciones de Dios eran su más alto nivel de verdad, más alto incluso que su realidad actual, y que solo a través de su fe alcanzaría aquello que Dios había dicho de él. De igual manera, usted debe activar su fe para creer en las promesas de Dios, y correr por aquello que Él ha prometido para su vida, antes de poder verlo cumplido. La fe en las promesas de Dios nos sacará de la comodidad de esperar a ver las cosas terminadas para poder creerlas, y nos impulsará a tomar pasos osados, fundados únicamente en la confianza en aquel que nos llamó. Recuerde que su fe es muerta si no la acompaña de obras o actos que sustenten lo que usted cree, así como Abram salió de su tierra y su parentela sin que Dios le hubiera revelado el destino, usted debe activar su fe haciendo aquello que no se ha atrevido aún, y que sabe que es aquello para lo que fue diseñado. ¡Active su
fe ahora!