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Reflexión sobre la familia Pt1

1 de julio de 2019 por
Reflexión sobre la familia Pt1
CRECER EN CONOCIMIENTO, Juan Camilo Vélez León

¿Cuántas veces perdemos aquello que damos por hecho que siempre tendremos? Lo cierto es que en los tiempos que corren, muchas cosas van tomando un lugar importante en nuestra escala de prioridades, desplazando a su vez otras que siempre ocuparon ese mismo lugar. Una de las perjudicadas ha sido la institución de la familia.

A decir verdad, la esencia de la familia y su significado se han ido difuminando a lo largo de las generaciones, obviamente hablando en términos generales de nuestra sociedad, y haciendo distinción entre unos sistemas culturales y otros. Pero evidentemente,  la cultura occidental a la que pertenezco yo y muchos de mis lectores, ha ido desprendiéndose poco a poco de esta pieza clave, para aferrarse de otras muchas cosas que han ido surgiendo para entretenernos y agilizar nuestro ritmo de vida cada vez más frenético. Es por esto que meditaba en lo que significa la familia y cómo su degradación puede afectarnos como sociedad.

Siempre he creído firmemente que un sistema social funcional y en armonía comienza por familias bien establecidas, unidas y no sólo juntas, y bien fundamentadas en los valores y dogmas de comportamiento que nacen de la buena comunicación, amor y disciplina, todas ellas en su justa medida. Pero para tener familias bien establecidas, necesitamos primeramente matrimonios correctos, basados en el modelo y diseño correcto, y con el conocimiento correcto por parte de sus integrantes – esposo y esposa – para saber cómo llevarlo a cabo de forma correcta. Pero en este punto surge la evidente cuestión del individuo en sí mismo. Una persona no puede entrar en pacto matrimonial sin estar preparada, sin ser consiente del pacto al cual va a entrar a formar parte, ni tampoco puede hacerlo en el tiempo incorrecto ni con la persona incorrecta.

Por tanto es nuestra responsabilidad individual la de aportar lo que requiere a nuestra familia, sea cual sea el rol que desempeñamos dentro de la misma, para lo cual debemos conocer el diseño del matrimonio, de la familia y de nosotros mismos como integrantes de ella.

Hace poco podía ver un anuncio en el que juntaban familias a la mesa en una especie de juego en el cual una voz formulaba una serie de preguntas de «cultura general social» como el significado de los emoticonos de los teclados de los smartphones, o detalles sobre la vida de personajes famosos, a los cuales todos respondían sin vacilar de forma acertada, pero luego se les hacían preguntas sobre sus padres, hijos o hermanos, a las cuales no sabían responder porque nunca se habían interesado en conocer detalles como dónde se habían conocido sus padres o similares, mientras sí los conocían de sus famosos favoritos.

Así que algo estamos haciendo mal, cuando llegamos al punto de conocer mejor a los de fuera que los nuestros propios, y esta situación nos conducirá inevitablemente a el aumento de las familias disfuncionales como ya lo estamos comprobando con el aumento exponencial de los casos de abandono de hogar, divorcios y «nuevos modelos de familia», estos últimos, los cuales intentan suplir de forma inútil las carencias que nosotros mismos nos encargamos de crear dentro del modelo eterno de la familia diseñada por Dios.

Quiero terminar este post con una reflexión que sentará la base para los siguientes, pues en esta ocasión sólo he podido establecer una introducción al tema de la familia. Dice la biblia que Dios puso al hombre en el Edén para que lo cuidara, lo labrara y lo extendiera. Cada uno de nosotros tiene un «Edén» que debe cuidar y trabajar para hacerlo extender, y ese Edén es nuestra familia. Por tanto es hora de prepararnos, ponernos manos a la obra, y cumplir con la voluntad de Dios para nuestra familia.

Reflexión sobre la familia Pt1
CRECER EN CONOCIMIENTO, Juan Camilo Vélez León 1 de julio de 2019
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