Veamos lo que dice 3ª Juan 1:2:
Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.
Ya sabemos que Dios quiere que prosperemos, pero ¿qué es prosperar?
En griego (2137. εὐοδόω euod) significa ayudar en el camino, lograr alcanzar; triunfar en los negocios.
Por ejemplo, José fue próspero a pesar del mal momento que estaba viviendo:
Mas Jehová estaba con José, y fue varón próspero; y estaba en la casa de su amo el egipcio. Génesis 39:2
En hebreo (6743 tsal kj; צָלֵחַ tsaléakj) empujar hacia adelante, en varios sentidos: —acometer, bueno, éxito, lograr, pasar, prosperar, próspero, ser bueno, servir, venir.
Así que, la voluntad de Dios para con su pueblo en lo referente a la prosperidad es clara: Él desea que seamos prosperados en toda situación y en toda asignación.
Cuando Dios bendice algo o alguien, lo empodera para que cumpla su propósito. En otras palabras, prosperar significa ser empujado, empoderado y respaldado por Dios para ser exitosos a la hora de cumplir nuestro propósito.
Es decir, la prosperidad divina está íntimamente relacionada con el cumplimiento de nuestro propósito, no de nuestros sueños. Hemos sido bendecidos, es decir, empoderados por Dios para ser prosperados porque tenemos un propósito que cumplir. Por eso leemos en Efesios 1:3:
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.
¿Qué es el propósito?
El propósito es la intención original con la que algo o alguien fue diseñado, y luego creado.
En definitiva, para Dios, prosperarnos no es un problema. La pregunta entonces es ¿Por qué muchas veces no somos prosperados si esa es la voluntad de Dios para nosotros?
Existen 5 causas principales para eso, las cuales solo mencionaremos en este post, pero que detallaremos en los siguientes:
- Una maldición que no hemos cortado
- Por no caminar en propósito
- No establecer un cimiento correcto para edificar nuestra vida
- No caminar en el principio de dar
- Una mala mayordomía
Ahora ya sabes que Dios te quiere próspero, así que no te pierdas nuestros próximos posts para conocer cómo lo hará.