Examina la senda de tus pies, Y todos tus caminos sean rectos. (Proverbios 4:26)
Por años he leído en la Biblia referencias a nuestro camino, nuestros pasos, o nuestra senda. Pero realmente nunca me había parado a pensar en la diferencia que hay entre ellos, y por tanto, no había entendido el propósito que hay detrás de cada término usado por Dios para hablarnos. Cuando leí este proverbio pude entender la profundidad y sabiduría que encierran estas palabras, y lo importantes que son para encaminar nuestras vidas al éxito.
Me llama la atención la invitación que nos hace el autor del proverbio a «examinar la senda» de nuestros pies. Me hizo preguntarme ¿Qué significa «la senda de tus pies»? Bueno, lo cierto es que viéndolo en perspectiva, me di cuenta que la senda es el rastro o la huella que dejamos al caminar, la cual terminará convirtiéndose en el camino que recorrerán los que vienen detrás de nosotros. Pero no sólo esto, sino que es lavara con la que podemos medir nuestro recorrido, nuestros logros, nuestro crecimiento y el proceso que hemos recorrido hasta el momento.
Cuando entendemos esto, el examinar nuestra senda se convierte en una prioridad y una necesidad, pues al hacerlo con la continuidad necesaria, aprenderemos de nuestros errores, recibiremos aliento al darnos cuenta de los obstáculos superados, y recibiremos el impulso necesario para dar el siguiente paso en nuestro camino.
La segunda parte del texto del encabezado exhorta al lector a hacer rectos sus caminos. Es decir, debemos dar cada paso hacia la dirección correcta y sin desviarnos de nuestro propósito.
Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. (Efesios 2:10)
¿Imaginas mirar hacia atrás y darte cuenta de que la senda de tus pies es un camino marcado por las buenas obras que Jesús preparó para tu vida desde la eternidad? Por eso te invito a que, sea que ya lo estés haciendo, o no, que examines el rastro que dejan tus pasos y que sean los correctos para que el camino que te queda por recorrer sea el correcto. ¡Ese es el camino al éxito!