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Guardados en el arca

1 de noviembre de 2021 por
Guardados en el arca
CRECER EN CONOCIMIENTO, Juan Camilo Vélez León

En medio de esta crisis sanitaria y económica, necesitamos comprender algunas verdades que nos infundan la fe suficiente para seguir creyendo y preparándonos para el momento en que la crisis pase. Con este mensaje quiero transmitirte una fe que produzca en ti la paz que necesitas, y la fortaleza y entusiasmo renovado que te lleven a conquistar tus mayores victorias.

Esta es la historia de Noé. Noé era un hombre justo y honrado entre su gente. Siempre anduvo fielmente con Dios. Tuvo tres hijos: Sem, Cam y Jafet. Pero Dios vio que la tierra estaba corrompida y llena de violencia. Al ver Dios tanta corrupción en la tierra, y tanta perversión en la gente, le dijo a Noé: «He decidido acabar con toda la gente, pues por causa de ella la tierra está llena de violencia. Así que voy a destruir a la gente junto con la tierra. Constrúyete un arca de madera resinosa, hazle compartimentos, y cúbrela con brea por dentro y por fuera. Dale las siguientes medidas: ciento cuarenta metros de largo, veintitrés de ancho y catorce de alto. Hazla de tres pisos, con una abertura a medio metro del techo y con una puerta en uno de sus costados. Porque voy a enviar un diluvio sobre la tierra, para destruir a todos los seres vivientes bajo el cielo. Todo lo que existe en la tierra morirá. Pero contigo estableceré mi pacto, y entrarán en el arca tú y tus hijos, tu esposa y tus nueras. Haz que entre en el arca una pareja de todos los seres vivientes, es decir, un macho y una hembra de cada especie, para que sobrevivan contigo. Contigo entrará también una pareja de cada especie de aves, de ganado y de reptiles, para que puedan sobrevivir. Recoge además toda clase de alimento, y almacénalo, para que a ti y a ellos les sirva de comida». Y Noé hizo todo según lo que Dios le había mandado. El SEÑOR le dijo a Noé: «Entra en el arca con toda tu familia, porque tú eres el único hombre justo que he encontrado en esta generación. De todos los animales puros, lleva siete machos y siete hembras; pero de los impuros, solo un macho y una hembra. Lleva también siete machos y siete hembras de las aves del cielo, para conservar su especie sobre la tierra. Porque dentro de siete días haré que llueva sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches, y así borraré de la faz de la tierra a todo ser viviente que hice»

Génesis 6:9-7:4

Noé, al igual que nosotros, vivió en medio de una sociedad corrupta, violenta y apartada de Dios, y la maldad de la humanidad de su época llegó hasta el punto de necesitar un juicio divino. Sin embargo, Dios tuvo misericordia de Noé porque era un hombre “justo y honrado”, es decir, era diferente al resto, no en su naturaleza, sino en su actitud hacia Dios.

Hoy en día, nosotros somos “justos” o mejor dicho “justificados” por la sangre de Jesús, y esa característica que compartimos con Noé, es la que hará que Dios tenga misericordia de nosotros como la tuvo de él.

Sin embargo, leemos en esta historia cómo Dios le dio instrucciones a Noé para salvar su vida y la de su familia, pero él tenía que tomar la decisión de creerle a Dios en medio de esa circunstancia. Así mismo, nosotros tenemos que creer que Dios nos dará la salida de esta situación, y actuar conforme sus promesas y su palabra. Pero esto es algo que debemos hacer desde ya, de en medio de la crisis, en lugar de detenernos creyendo que ya todo está perdido, o que la situación es muy difícil, o que ya nada importa.

La fe que necesitamos en la crisis es la que nos lleva a ponernos manos a la obra teniendo como base únicamente la promesa de Dios.

Juan Camilo Vélez

Ahora vamos a ver cómo era la fe de Noé, y cómo es la fe que Dios demanda de nosotros:

  • Noé tuvo que creer que iba a llover sin haber visto la lluvia nunca antes.
  • Noé tuvo que creer que un diluvio destruiría la tierra.
  • La fe de Noé era una fe viva porque tuvo obras, y se puso a trabajar en el arca, aún cuando nunca antes había llovido.

Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.

(Santiago 2:17)

Por la fe de Noé, pero sobre todo por las obras que produjo su fe, fueron salvos él y toda su familia. ¿Qué fue lo que los salvó? Lo que Dios usó para salvarlos fue un arca de madera, que les permitió flotar en medio del diluvio y les protegió de la lluvia y los vientos. Pero note que Dios no los libró de la prueba, sino que los protegió en medio de la prueba.

Hoy en día, la sociedad y la humanidad están corrompidas y más alejadas de Dios que nunca. En otras palabras, estamos como en la época de Noé, pero en esta ocasión, no es un arca lo que nos va a salvar o a proteger, sino que el lugar donde debemos refugiarnos es en Jesús.

Jesús es nuestra arca de salvación

Juan Camilo Vélez

Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido el mundo.

(Juan 16:33)

Según este versículo ¿En dónde vamos a tener paz? ¡Exacto! ¡¡¡En Jesús!!!

Dios no sacó a Noé de la tierra durante el diluvio, pero les proveyó del arca para que el diluvio no los destruyera. Así mismo, por amor a la humanidad, Dios no nos saca del mundo corrompido, pero nos proveyó de salvación y perdón de pecados por medio de Jesús, para que EN ÉL podamos vencer al diablo, al mundo y al pecado. En otras palabras, nuestra arca es Jesús.

Por eso, mientras el mundo está siendo juzgado por su corrupción, Dios no nos saca de él, pero nos invita a estar en Jesús para guardarnos en medio del diluvio, o de la crisis, como si entráramos en el arca.

Pero para poder refugiarnos en Jesús, necesitamos activar nuestra fe y orar más que nunca, leer más que nunca, tener comunión más que nunca, y sobre todo, romper con el miedo, porque la convierte en fe muerta, pues nos paraliza y nos impide realizar acciones de fe, obras de fe, pasos de fe.

Estamos en el mundo, y si caminamos en él por vista, sólo veremos lo que el mundo nos ofrece y le acontece, pero caminar por fe consiste en que estamos en el mundo, pero nuestra mirada está puesta en Jesús, y nos posicionamos en él. Ahí es donde recibimos su paz….¡¡¡la paz en medio de la aflicción!!!

Las crisis son inevitables, pero la fe las convierte en oportunidades

Juan Camilo Vélez
Guardados en el arca
CRECER EN CONOCIMIENTO, Juan Camilo Vélez León 1 de noviembre de 2021
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