Hace unas semanas publiqué mi cuarto libro titulado: Los dos cimientos. En él enseño los principios bíblicos que enseña Jesús en el sermón del monte; las bienaventuranzas, la cual sienta las bases para el cristianismo y nos enseña el modelo para nuestra nueva vida en Cristo. Hoy quiero contarte un poco sobre ese mensaje. ¡Vamos allá!
El afán de este siglo
Desde que comenzamos nuestra vida en Cristo debemos establecer un cimiento eterno, el cimiento de la roca, porque sino, prontamente decaerá nuestra fe, y volveremos a nuestra vida de pecado, cuando tengamos que escoger entre la comodidad de nuestra vida anterior, o la persecución por causa de nuestra nueva vida.
EL FUNDAMENTO DE LA FE ES PROBADO POR MEDIO DE LA AFLICCIÓN Y LA PERSECUCIÓN.
Juan Camilo Vélez
A continuación se presentarán las dos pruebas más difíciles: “El afán de este siglo y el engaño de las riquezas.”
El afán de este siglo:
Desde la caída en el Edén, el ser humano ha querido hacer su voluntad y satisfacer su naturaleza pecaminosa, viciada conforme a los deseos engañosos de la carne. Todo esto ha derivado en una falta de identidad y sensación de vacío interno, pues nos desconectamos de la fuente de vida y plenitud, y vamos detrás de una satisfacción eterna, que sólo Dios puede dar, intentando encontrarla en todo tipo de medios erróneos, ya sean naturales o incluso espirituales, como la brujería, santería, tarot, etc.
El afán de este siglo es la famosa “búsqueda de la felicidad”, y la auto-complacencia, que lleva a las personas de un lado a otro, esclavos de modas, de aprobación ajena, y de todo tipo de pecados.
Cuando se nos siembra la palabra de vida, nuestro espíritu nace de nuevo de inmediato, dando lugar a la lucha interna entre el espíritu y la carne. Si no alimentamos nuestro espíritu continua y correctamente, esa batalla será en condiciones desiguales, pues nuestra carne tomará ventaja, y nos inclinaremos de nuevo por aquello a lo que hemos estado acostumbrados (atados) toda la vida.
A esto es a lo que se refería Jesús con aquellas personas que se caen del fundamento eterno cuando dan lugar en sus vidas al afán de este mundo, el cual consiste en la vida de pecado que busca hacer su propia voluntad y no la de Dios, en una búsqueda continua de felicidad y placer.
El engaño de las riquezas:
El engaño de las riquezas
No hay mucho que explicar en este punto. Está claro que durante toda la historia de la humanidad ha estado presente la búsqueda de poder y riquezas a toda costa, y que es una tentación puede influenciar a cualquier persona.
Cuando nuestro fundamento no es la roca, iremos detrás del dinero a toda costa. Sin embargo, cuando fundamentamos nuestra vida en Jesús y
su reino eterno, la biblia enseña que:
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
MATEO 6:33
“Todas estas cosas” incluyen la provisión divina. En otras palabras, cuando nos decidimos a rendir nuestras vidas a Jesús, él espera que rindamos también nuestra voluntad en cuanto a nuestras finanzas. Pero no porque esté mal que tengamos riquezas o posesiones, sino porque es necesario que rindamos nuestro corazón por completo, lo cual es señal de que nuestro fundamento es Dios y no nosotros mismos, y la forma de reconocer que nuestro corazón está rendido es sabiendo donde está nuestra confianza:
Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
MATEO 6:21
Esto es tremendo, pues cuando nuestro cimiento es la Roca, tenemos acceso a promesas tan poderosas como la siguiente:
Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día.
DEUTERONOMIO 8:18
Así que, para -casi- terminar este capítulo, responderé a la pregunta de la clave número 3: ¿Cómo reconocemos nuestro cimiento? ¡Sencillo! Por los resultados de nuestras pruebas.
Hasta aquí, este fugaz vistazo a mi nuevo libro, con el que espero haberte animado a cambiar de actitud a la hora de edificar tu nueva vida en Cristo. Si fue así, espero que compartas este mensaje con todos tus contactos. ¡Juntos edificaremos más y mejor!