Hace unas semanas publiqué mi cuarto libro titulado: Los dos cimientos. En él enseño los principios bíblicos que enseña Jesús en el sermón del monte; las bienaventuranzas, la cual sienta las bases para el cristianismo y nos enseña el modelo para nuestra nueva vida en Cristo. Hoy quiero contarte un poco sobre ese mensaje. ¡Vamos allá!
Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.
MATEO 7:24-25
EDIFICANDO CON PRUDENCIA
Edificamos con prudencia cuando no somos meros oidores de la palabra, sino que nos convertimos también en hacedores de la misma. En otras palabras, somos prudentes a la hora de edificar, cuando no usamos los planos sólo para leerlos, sino que al leerlos aplicamos lo que está establecido en ellos para llevar a cabo la edificación.
NUESTRA RESPONSABILIDAD COMO CREYENTES ES
EDIFICAR NUESTRAS VIDAS CON PRUDENCIA.
Juan Camilo Vélez
¿Se imagina usted a un constructor que teniendo los planos en su poder, decida hacer la edificación a su manera? No parece tener mucho sentido ese ejemplo, ¿No? Sin embargo, muchas veces nosotros como creyentes, vamos a la iglesia, escuchamos las predicaciones, asistimos a seminarios, discipulados, reuniones, grupos, conferencias, congresos, y otras muchas más actividades donde se nos predica la palabra, o incluso algunos, aunque no muchos, dedican un tiempo diario a leer la biblia, pero luego, a la hora de poner en práctica lo que ésta enseña, y el mensaje de Jesús, deciden hacerlo “a su manera”.
Entonces, ¿Cómo edificamos prudentemente? Sencillo, cuando usted escuche una prédica, una lección de discipulado, lea un libro, o lea la biblia, hágalo siempre con la intención y voluntad de comenzar a aplicar lo que haya aprendido por medio de lo que leyó o escuchó. Pero no se quede sólo con la intención y voluntad, sino que tome la decisión de poner por obra esa palabra, y a demás, comprométase realmente a hacerlo, cueste lo que cueste. En mi libro “El éxito detrás del compromiso” explico la diferencia que hay entre tomar una decisión, o comprometerse con algo, pues el compromiso implica superar algunas pruebas.
Hasta aquí, este fugaz vistazo a mi nuevo libro, con el que espero haberte animado a cambiar de actitud a la hora de edificar tu nueva vida en Cristo. Si fue así, espero que compartas este mensaje con todos tus contactos. ¡Juntos edificaremos más y mejor!